Junio



Junio 23

Consagrarse al Corazón de Jesús

Las unciones que hemos recibido en los sacramentos suponen una consagración, es decir, una afirmación de pertenecer a Dios que es exclusiva: hacer algo sagrado. Lo contrario sería la desacralización e incluso el sacrilegio. Afirmamos nuestro deseo de pertenecer al Sagrado Corazón del Señor, haciendo la ofrenda de nuestra vida.