Septiembre



Septiembre 7

El demonio y sus argucias

Meditar en la rebeldía angélica, de la que proceden los males en el mundo de ellos y en el de los hombres, nos resulta saludable para atender al peor pecado: la soberbia. Y también para precavernos contra las argucias infernales, sabiendo que satán estudia nuestra psicología para descubrir cómo puede hacernos caer. El demonio viene —decía el cura de Ars— en cuanto perdemos la presencia de Dios.