Adorar la Sagrada Eucaristía



Adorar la Eucaristía y no los ídolos

“Solo a Dios adorarás”, dijo Jesús a satán en la tercera tentación. El Catecismo advierte que la idolatría –en cualquiera de sus múltiples formas– es un peligro constante para la fe. El Señor ha querido darnos un medio muy concreto: la Presencia Real de todo un Dios oculto en el Pan. Siendo “esencialmente eucarísticos” conjuramos el riesgo de cualquier idolatría.