Alma de Cristo, santifícame
Buscar los bienes de arriba, pide san Pablo. Pero… ¿cómo?, ¿dónde, ¿cuándo? En todo lugar, en todo momento y con todo el corazón. Pero especialmente el tiempo después de haber comulgado. La oración “Alma de Cristo, santifícame; Cuerpo de Cristo, sálvame…”, además de su valor doctrinal, nos enciende en el amor.