Dios cercano y consolador
¿Qué nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos a ella, como lo está el Señor, nuestro Dios, cada vez que lo invocamos? (Deut 4, 7). Con estas palaras elabora santo Tomás de Aquino su meditación sobre el Corpus Christi. Nosotros hoy le decimos que en la Eucaristía está con una cercanía inimaginable para los judíos, y nos da lecciones para aplicarlas a Él y para poder corresponderle: consuelo, conversación, compañía.