El domingo y la Misa
Hoy, que es domingo, queremos hacernos cargo de la determinación de Dios: reservarse para Él un día especial. Tiempo de paz para orar más y rendirle culto. Él mismo nos dio el mejor modo de hacerlo: con la actualización de su Sacrificio en la santa Misa. Valoremos el inmenso privilegio de estar en el Calvario, y acudamos a participar en ella con la mayor frecuencia posible. Podemos convertirnos en “apóstoles del precepto dominical” en nuestra propia familia.