Jesús es tu Dios y tu todo
La confesión de Pedro en Cesarea de Filipo tiene un eco –en negativo– en la pregunta de Caifás: ¿Eres el Hijo de Dios? Responder afirmativamente condiciona absolutamente, pues entonces Jesús se hace todo en todos. Por el Pan y la Palabra vamos adquiriendo la transformación en Él, que determina nuestra eternidad.