La Ascensión inaugura la nuestra
Jesús bendice a sus apóstoles al ascender, de acuerdo al relato de san Lucas. Ellos vuelven a Jerusalén llenos de gozo. ¿Cuántas realidades estupendas tiene Dios para comunicarnos en este misterio? Que también nuestra carne está llamada a ser glorificada, a ser introducida en el seno del Padre. Por eso nuestra palabra fundamental al plan de Dios ha de ser ¡sí!, viviendo alegremente el tiempo de la espera.