Vivir a dúo
Nuestra vida corre el riesgo de acabar en una triste soledad… a menos que aprendamos a vivir a dúo. Ser un dueto con Jesús. Nos dice que si lo amamos, guardaremos su palabra, el Padre nos amará y seremos su morada. ¡Qué increíble! Estar habitados, saber que no estamos vacíos no solos, en ningún momento. Fomentemos el mundo interior, de manera que vivamos inmensamente felices en la tierra.