Seguir al Cordero inmolado
Faltando ya pocos días para la Semana Santa, consideramos al Cordero de Dios que asume nuestros pecados, y en la Cruz nos libera de ellos. El camino de la salvación consiste en aceptar su llamada a acompañarlo ahí: “El que quiera seguirme, que tome cada día su cruz…” Una cruz no aceptada se resuelve en queja; una cruz amada nos hace santos.