Vida de Jesús



Un Cristo nuevo

El misterio de la Transfiguración del Señor nos incumbe de manera muy especial. Nosotros también necesitamos, como los tres apóstoles, tener de cuando en cuando un adelanto del Cielo. Y es que podemos caer en “el cansancio de la fe”, en una visión grisácea de Cristo. Busquemos que su Rostro se nos transfigure, buscándolo con ansia, con abnegación, sin descuidar nada.



Las tentaciones de Jesús y las nuestras

Nos consuela saber que Jesús padeció tentaciones, y de diverso tipo, y no fueron las únicas. El demonio actúa también en nosotros, somos presas codiciadas y nos asedia sutilmente. Es peligroso acostumbrarse a las situaciones de pecado, pues la finura del alma va desapareciendo.



Jesús ora en Getsemaní

Si tuviéramos una aplicación llamada Getsemaní, quizá el icono sería una rueda de molino, porque el significado del nombre es prensa de aceite. Jesús padeció ahí temor y angustia, haciendo una intensísima oración a su Padre. Se ajusta a la voluntad del Padre. Se mete con todo su ser buscando la unión con el Padre. Amemos el misterio de Getsemaní: Jesús orante.