Mira a María
Dios me ha mirado. María es consciente de que Él, mirándola, la ha llenado de su gracia. Y Ella le corresponde mirándolo siempre. Aprendamos de María a mirar, con mirada envolvente, empapada de amor, los misterios de Cristo y a guardar sus palabras. Entonces todo en nuestra vida, como en la de Ella, será un continuo ¡sí! a cualquier designio de Dios.