Tener el espíritu de María
San Ambrosio habla de tener el alma de María, el espíritu de María. Hermosa aspiración: buscar nuestro parecido a María y seremos el regocijo de Dios. Como todo niño, nuestra Madre no solo nos engendra a la vida divina, sino también nos forma en Ella. Si somos dóciles y buscamos la constante educación mariana, nos iremos pareciendo más y más a María.