María, consuelo y esperanza.
Jesús anunció que sus discípulos tendríamos tribulaciones en el mundo. Pero, conociendo nuestra debilidad, quiso darnos unos brazos maternales y un corazón amoroso que nos sostuviera. María es nuestro consuelo y nuestra esperanza. Hagamos identidad de mundos con Ella contemplando los misterios del Rosario desde su Corazón.