Como el amor de la Inmaculada
Con la Concepción Inmaculada de María comienza la historia de un amor como no ha habido ni habrá sobre la tierra. Esa historia ha de ser cifra e imagen de la nuestra. Para nosotros, como para María, en Jesús ha de situarse el fin de nuestras intenciones, el objeto de nuestros afectos, el motivo de nuestra palabra y el modelo de nuestras acciones.