Orar es ejercitar la fe
Jesús se retiró 40 días al desierto para orar. Seguramente tenía ya mucha “práctica” en los retiros de oración, durante su vida oculta. Revela que el hombre es un ser orante. Se puede orar de muchas maneras, pero siempre con el presupuesto de la fe. “Elevación o ascenso de la mente a Dios”, decía el Damasceno. Con sentimiento o sin él, con razonamiento o sin él, lo imprescindible es la fe.