Valor del silencio
Cristo en el desierto nos revela la condición del hombre orante. El entorno es preciso: en el desierto no hay sino silencio y austeridad. En el silencio se comunica Dios, y debemos hacerlo no sólo en el sentido audible, sino también silencio en los ojos, en la mente, en la afectividad. Entonces escucharemos la voz del Señor.