Vida de oración



Sentarse para orar

María de Betania recibió del mismo Señor la confirmación de su opción: lo único necesario es llenarse de Jesús. Para eso, resulta imprescindible, como María, sentarse. Así iremos logrando no solo hacer oración, sino ante todo ser almas de oración. El cristianismo del tercer milenio debe distinguirse en el arte de la oración.