El Reino de Dios crece dentro
“Solo sé que no sé nada”, decía Sócrates. Nuestro conocimiento, aun en el orden natural, es limitadísimo. ¡Cuánto más lo será en el orden sobrenatural! En la parábola del grano que un hombre siembra, Jesús dice que la semilla brotará “sin que él sepa cómo” (Mt 4, 26). Es el reino de Dios, que se desarrolla en lo hondo del alma. Y desde ahí brotan las virtudes, y adquiere valor cuanto hacemos.