La hybris es la raíz
La imagen de Dios se deforma con el pecado. La arrogante autosuficiencia del hombre –la hybris de los griegos– es la raíz de todo pecado y nuestra constante compañía. Descubramos esa mala raíz, actualizando la contrición, reconociendo que siempre, en el fondo, nosotros somos los culpables.