Reconocer la propia nada
Jesús promete el reino de los cielos a los que se hacen como tales. Pero… ¿en qué consiste ser niño? Contesta santa Teresita: “en reconocer la propia nada”. La humildad es la verdad, y la verdad es que somos nada. Si identificamos el obstáculo principal –el propio yo–, podemos “recomenzar a aprender a ser humildes” y se producirá una “explosión de santidad”.