Mortificación



Espíritu de mortificación

A pesar de que no estamos en Cuaresma ni en Adviento, meditamos en el espíritu de mortificación. Porque es un presupuesto indispensable del amor, una constante del cristianismo. San Pablo explica que en el bautismo hemos sido sepultados. Y tendremos que seguir siéndolo siempre.