Mortificación vivificante
El viernes de la semana VI del tiempo ordinario, el evangelio de la Misa nos presenta la invitación del Señor a perder la vida para salvarla. No es la mortificación un fin en sí misma, sino un medio para vivir la vida nueva. El olvido propio es para pensar en Otro, y la abnegación es para afirmar el Tú. Es entonces cuando la renuncia impulsa a crecer en el amor.