Muerte



Piensa en tu muerte y prepárala

Memento mori, decían los romanos. Y también: Respice post te! Hominem te esse (“Mira tras de ti. Recuerda que eres hombre”). Yahvé le dijo a Adán: “Acuérdate que del suelo fuiste formado”. Pensar la propia muerte nos lleva a disponernos adecuadamente a ella, principalmente a desearla como el encuentro de amor que decide nuestra eternidad.