Morir deseando unirme a Cristo
“Mors mortem superávit”: desde Cristo, la muerte supera a la muerte; la muerte es entrar en la Vida. ¿Cómo morir? En un acto de perfecta caridad, “con el deseo de unirme al único objeto de mis amores” (S. Josemaría). La muerte no es el fin de la vida, es su solución. Aquí dejamos todo lo caduco, para comenzar nuestra existencia eterna. Abandonar en Dios el tiempo, el lugar, el modo.