Tu trabajo se va al Cielo
Los hombres ven las apariencias, pero Dios ve el corazón. Estas palabras de Jesús nos revelan que lo importante no es tanto qué hacemos, sino cómo lo hacemos. Rectitud de intención, amor a Dios, vida contemplativa, nos permiten una continuidad de descubrimientos de Dios en nuestra tarea cotidiana. Entonces nuestro trabajo sube al Cielo.