Purifica tu corazón encontrándote a Dios
Jesús pide, por encima de los preceptos rituales, la pureza del corazón. Pero como lo que sale de nuestro corazón suele no ser limpio, necesitamos continuas purificaciones. ¿Cómo? A través de los ejercicios de piedad que nos permiten encontrar a Dios. Pero realizándolos con cariño, dando mucha importancia, de amor o desamor, a lo pequeño (Beato Álvaro).