Obediencia y libertad
Los invitados a un gran banquete se inventan escusas para no asistir. Todos. Tienen que ser invitados hasta aquellos que se encuentren en el cruce de caminos. El hombre no quiere depender de su Creador, y hace oídos sordos a sus invitaciones. Démosle nosotros muchas alegrías con la finura al obedecerlo. Y con alegría, libremente.