Dolor del Padre por los que se pierden
En la parábola del hijo pródigo fijémonos en la actitud de Padre. Rembrandt lo representó bien: en el centro del cuadro, un viejo con ojos de haber llorado mucho, posa sus manos sobre el hijo en actitud de acogida y protección. Comprendamos el dolor del Padre por quienes se pierden, y cómo a nosotros nos llama a colaborar con Él. No perdonemos medio alguno para trabajar por la salvación de las almas.