Me sé amado y amo
El Señor nos manifiesta su amor de manera máxima en el misterio Pascual. El pórtico es el lavatorio de los pies, para continuar con la institución de la Eucaristía y llegar al fin a la entrega de su Cuerpo en la cruz. Si Él me ama así, estoy capacitado, con ese amor, para amar a los demás como me ama a mí.