El gran bien de la caridad
El mundo moderno rechaza la noción misma de pecado. Rechaza por consiguiente la revelación del infierno. Pero existe la posibilidad, iniciada ya en la tierra, de apagar de modo absoluto la apertura al amor. En la práctica de las obras de misericordia que nos ofrece la situación personal, familiar y social, encontramos un maravilloso cauce para amar, que nos salvará de caer en el infierno.