Sirve el que sirve
No he venido para ser servido, sino para servir. Asombro: Dios me sirve a mí, miserable creatura. Y me pide que aprenda de Él, dedicando mi vida a eso. O posesión, o donación. La primera alternativa, fuente de infelicidad propia y ajena. La segunda, consumación y dicha. Para servir, servir.