Contemplar fijando los ojos en el Rostro de Cristo
Desde que san Juan Pablo II incluyó la Transfiguración del Señor en los misterios luminosos, habremos podido profundizar en él. Se refiere a él como “icono de la contemplación cristiana”, e invita a “fijar los ojos en el Rostro de Cristo”. Si tenemos vocación de contemplativos, en esa sencilla expresión tenemos el camino para lograrlo.