Caridad fraterna
“El hermano, ayudado por su hermano, es fuerte como ciudad amurallada” (Proverbios 18, 19). La fraternidad es más que la simple caridad, porque se trata precisamente de hermanos. Pero no surge “desde fuera”, sino desde la verdad y caridad teologales, desde la adoración a Dios, desde Cristo. Nos salvamos “en la Iglesia”, no como elementos aislados. Y la practicamos con comprensión, respeto, sensibilidad y paciencia.