La gran reprensión
Fue a san Pedro, incluso más que a los fariseos, a quien Jesús dirigió la más dura reprensión. Lo llamó satanás. Lo hizo por intentar apartar a su Maestro del camino hacia la Cruz. Jesús insiste que no hay otro modo de seguirlo sino negándonos a nosotros mismos y tomando nuestra cruz. Para hacerlo, sacamos nuestra fuerza, como hicieron los santos, de la contemplación de la Pasión.