Los frutos de la Cruz
Es un don que hemos de anhelar el de amar la cruz, en cualquiera de sus modalidades: física, moral, activa, pasiva… El cristianismo no se entiende sin ella, y en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo encontramos la fuerza que nos conforta. Entonces nuestra vida tendrá eficacia sobrenatural.