Sin Cruz no hay fruto
La herejía protestante negó el carácter sacrificial de la Misa, aceptó el divorcio y quitó el celibato. Jesús dijo que el grano de trigo, para dar fruto, tenía que morir. Así sucede en la vida de cada persona, de cada parroquia, de cada diócesis. Si se escamotea la cruz, aparece la esterilidad. La redención viene de la cruz, y el amor se demuestra crucificado.