La esperanza no falla
Meditar la revelación que recoge san Pablo: “La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones” (Rom 5, 5). Lo que anhelo en el futuro existe ya en el presente, y eso cambia mi presente, pues comparto mi vida con Cristo. Ejercicio de virtudes teologales, que llega a la locura del amor.