Amor divino que se derrama en nuestros corazones
El Espíritu Santo hace que se “desbloquee” el pecado. ¿Por qué? Porque es el amor sustancial: el Amor divino se derrama en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Puedo entonces amar con el mismo amor de Dios. Mi amor de creatura ha sido elevado a límites jamás imaginados.