Disponibilidad y docilidad al Espíritu Santo
“Jesús fue conducido por el Espíritu Santo al desierto”, relata san Mateo. Y llama la atención esta aparente pasividad del Señor. La comprendemos al saberlo verdadero hombre, inhabitado en su Alma por el Santificador. No le hables al Espíritu Santo: óyelo, y entonces todo sucederá de acuerdo al plan de Dios.