Los dones del Espíritu Santo en María
María es nuestra guía en todo, también en la manera de responder al Espíritu Santo y de enriquecerse con sus dones. El don de temor de Dios, al reconocer en el Magníficat la soberanía de Dios, el de piedad para llevar un trato de confiada familiaridad con Dios, el de ciencia, para descubrir en las cosas y en los acontecimientos el querer divino... es el Vaso de verdadera devoción, el Vaso de la divina gracia, el Vaso que contiene los tesoros del Espíritu.