Docilidad al Espíritu Santo
Lo bueno saldrá de nuestro corazón por la presencia del Espíritu Santo en él. Invocar al Paráclito, y procurar luego ser dóciles a sus inspiraciones. Vivir en el recogimiento y manifestarnos como amigos de la Cruz son presupuestos indispensables que facilitan la acción del Santificador.