Sentido de eternidad
Muy útil para la vida cristiana resulta la consideración de los novísimos, aunque el mundo se empeñe en silenciarlos. Busquemos, como san Josemaría, mantener a flor de piel el sentido de eternidad, aprovechando el tiempo en lo que realmente reditúa para entonces: el crecimiento en el amor a Jesús. Saber envejecer así.