Esperanza en la vida eterna
Estamos llamados al Cielo. Debemos pensar más frecuentemente en él, para alentar nuestra esperanza. No conocemos en este mundo un lugar de plena felicidad, por eso la Iglesia nos recuerda que estamos llamados a participar de la misma bienaventuranza de Dios (Catecismo n. 1). Confiar que Dios nos lleva por el camino más seguro hacia el Cielo. De nuestra parte nos pide no quejarnos ni dudar cuando nos mande pruebas.