Ver todo con ojos de fe
Los Evangelios dedican una parte muy importante a relatar los milagros de Jesús. Son “el sello del Rey”, que garantiza que viene de Dios. No es buena la actitud del racionalista o del escéptico: ejercitémonos en la fe viendo milagros cotidianos en lo que nos circunda. Sin dejar de atender, con la mirada del corazón (aunque la tormenta arrecie), a la Persona del Señor, que camina sobre las aguas y nos llama.