Filiación divina



Radicalmente hijos 

Confesamos a Dios como Padre, porque así nos lo ha revelado Jesús. Él es radicalmente, esencialmente, Padre. De Él deriva toda paternidad. La consecuencia es que nosotros somos radicalmente, esencialmente, hijos. Es el fundamento de nuestra vida espiritual, porque es nuestra más honda verdad. ¿Cómo conocer cómo es nuestro Padre Dios? Fundamentalmente a través de la parábola del hijo pródigo.