Construye sobre roca
Un hombre construyó su casa sobre roca, y vinieron las lluvias, y bajaron los torrentes, y soplaron los vientos… (Mt 7, 24). Nuestra roca es Dios: si no construimos sobre Él, la ruina será estrepitosa. La Iglesia enseña que el hombre no puede mantenerse mucho tiempo sin pecar cuando no posee la gracia santificante. Nos fundamentamos en ella para vencer, pues de ese modo recibimos el don de fortaleza del Espíritu Santo.