Abandono en Dios



El centurión vive el abandono esperanzado

El centurión romano de Cafarnaúm manifiesta fe en la divinidad de Jesús: no duda que curará a su siervo, aun a distancia. Y Jesús elogia esa fe. Busquemos también nosotros el abandono esperanzado, sabiendo que Dios guía la bicicleta de nuestra vida: dejémosle el control, y viviremos maravillosas aventuras.



Confía: Dios va en tu barca.

El episodio de la tormenta en el mar de Tiberíades el Señor manifiesta su enfado cuando nota el miedo de los apóstoles, pensando que se hundirían. ¿Por qué se enfada? Porque no están convencidos de que el mismo Dios es el que va en su barca. Ejercitémonos en abrir siempre el espacio de abandono al Dios. Amor que conduce nuestra existencia y la de todos los hombres.



Confía en Dios

El pecado esencial, el primer pecado de Adán y Eva, fue desconfiar de Dios. Y el demonio sigue insinuándonos esa desconfianza: Dios tiene segundas intenciones, no te fíes de Él absolutamente. Y entonces nuestra vida desemboca en senderos de desaliento, inquietudes y pesimismos. Confiando, vivirás alegre y agradecido.