Optimismo, ser positivo, tener esperanza
Jesús pronuncia su oración sacerdotal en la inmediatez de su prendimiento. Como nunca, Él abre su Corazón. Desea confortar a sus apóstoles para las horas aciagas que vendrían. Y en ese momento les promete su alegría. Pide confianza: Él ha vencido al mundo, y ese vencimiento se manifiesta en la alegría permanente del corazón.