Alegría



Alegría: efecto del amor

No perderemos la alegría si tenemos siempre presente el fin que nos aguarda, la mansión que Jesús nos prepara en el Cielo. Santo Tomás dice que la alegría no es una virtud distinta del amor, sino cierto acto y efecto suyo. Si amamos a Jesús estamos alegres, por eso la receta para recobrar la alegría, cuando la hayamos perdido, es orar.